sábado, 13 de enero de 2018

UN COMBINADO, POR FAVOR




Es glorioso hundirse hasta las rodillas en las nieves del Guadarrama, luchando por alcanzar la Bola del Mundo, mientras el sol juega con los carámbanos irisados en las ramas de los abetos aplastados bajo su peso. Sucesivas líneas de montañas blancas llenan el horizonte occidental y la meseta norte segoviana se divisa mordida por el hielo y oscurecida por brumas lejanas. Hay que subir, subir siempre, a pesar de la congestión nasal que no me deja respirar y el duro desafío de la pendiente.
También Laura intenta subir la pendiente de la vida y dejar atrás la oscuridad en la novela "Qué vas a hacer con el resto de tu vida", de la joven y prometedora Laura Ferrero. Ella cree poder encontrar en Nueva York las claves de su drama personal pero aquéllo es una isla y sólo le devuelve su imagen atrapada por las miserias y contradicciones de las que, en realidad, quiere huir. Interesante relato que evoco entre dos muñecos de nieve que los excursionistas han modelado en el collado de las Cabrillas.
Recuerdo igualmente otra novela leída hace poco:  "Los besos en el pan", de una Almudena Grandes concienciada y militante. Habla de los estragos humanos producidos en España por los llamados "reajustes neoliberales" a raíz de la crisis económica de 2008. Pequeños comercios arruinados y cerrados en hilera por las calles, profesionales acomodados que, de pronto, pierden su empleo, luego su estatus económico y social, después el apoyo de sus familiares y amigos y, más tarde, las ganas de seguir viviendo. El siguiente paso es el suicidio, claro. Familias desarraigadas y enfrentadas por las privaciones que finalmente estallan en un rosicler de llantos, acusaciones y reproches mutuos. Desahucios de la propia vivienda y cortes de luz, gas y agua crueles hasta lo inhumano. La necesidad, pues, de besar y conservar el pan hasta la última miga que tienen ahora en este desdichado país millones de personas, tal y como nos aconsejaban nuestros abuelos víctimas de la guerra civil y luego de la posguerra.
Sirvo este combinado de nieves, montañas y novelas de actualidad bajo un crespón de cielo invernal que destila copos diminutos y llorosos. Este enero en Madrid no es precisamente una fiesta. Pero nos las ingeniamos para salir adelante y seguir persiguiendo nuevas Bolas del Mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario